NO ME AVERGüENZO DEL EVANGELIO NO HAY MáS DE UN MISTERIO

no me avergüenzo del evangelio No hay más de un misterio

Ambicionan poco que no pueden alcanzar, y entonces combaten y hacen la conflagración. Y si no lo alcanzan, es porque no se lo piden a Dios. O si se lo piden y no lo reciben, es porque piden mal, para derrocharlo en placeres.Pero el llamado a la delegación no tiene sentido sin el llamado a la intimidad y amistad con Jesús, porque lo que se va a a

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